Las mangas y el puño de la camisa
La manga de la camisa tiene que ser lo bastante larga para evitar que el puño se separe de la muñeca, sea cual sea la posición que adopte el brazo. Por lo general, el puño de la camisa debe llegar casi hasta el inicio del pulgar para impedir que el codo tire del puño cuando se doble el brazo. Además, el puño debe ser relativamente estrecho, para que no resbale demasiado.
Cuando se lleve puesta una chaqueta de cualquier tipo, las mangas deberán ser lo bastante largas como para que el puño asome un par de dedos por debajo de esta. Aparte de ser la forma correcta de llevar la camisa con la chaqueta, este detalle hace que los brazos parezcan más largos.
El hecho de que las camisas deban unirse en plano y usando costuras planas en las sisas obliga a añadir las mangas antes de coser los laterales. Esta es la razón por la que las mangas de la camisa suelen confeccionarse con una sola pieza de tejido. Las chaquetas de sastre pueden incorporar mangas de dos piezas, pues estas se unen a la prenda una vez se han cosido las costuras de la manga y los laterales del cuerpo. La manga de la camisa siempre es más ancha que el puño, de modo que es necesario plegarla o fruncirla para ajustarla. La anchura de la manga dependerá de la cantidad de tela que uno quiera en el puño y del tipo de puño elegido, que puede ser sencillo, doble o invertido. Los pliegues suelen considerarse más masculinos y elegantes que los frunces, además, son más sencillos de coser. Sin embargo, ciertas camisas de vestir elegantes presentan frunces, especialmente cuando llevan puño doble.
En caso de usar pliegues, estos deberán distribuirse de manera uniforme a lo largo del puño. Si la manga está fruncida, los frunces podrán concentrarse a ambos lados de la tapeta o disponerse de manera uniforme alrededor del puño.