El delantero de la camisa

El delantero de una camisa contemporánea consta de dos piezas totalmente separadas, desde el cuello hasta el dobladillo, por una hilera de botones.
De forma tradicional, las camisas de caballero tienen los botones en el lado derecho y los ojales en el izquierdo, mientras que las camisas de mujer tienen los botones en el lado izquierdo y los ojales en el derecho. Existen varias teorías sobre la razón por la que los botones ocupan lados opuestos en las prendas masculinas y femeninas, pero una de las más extendidas es que los hombres necesitaban abrocharse la camisa con la mano izquierda para poder blandir la espada con la derecha, así que al invertir la posición de los botones se evitaba que, al desenfundar el arma, esta se trabara con el cierre de la vestimenta.

El acabado de las aberturas del delantero incluye una tapeta, que podría definirse como la pieza en la que se encuentran los botones y los ojales. Esta tapeta puede ser doble o sencilla. La doble, también conocida como tapeta inglesa, es la más habitual en las camisas americanas, mientras que la tapeta sencilla se considera más europea y su confección resulta bastante más fácil.
La elección entre tapeta sencilla o doble es totalmente personal, aunque muchos consideran que la tapeta doble es más adecuada para las camisas de sport y la tapeta sencilla es preferible en las camisas formales. Sin embargo, salvo que se lleve pajarita, la tapeta suele quedar totalmente oculta por la corbata, de modo que la elección entre doble o sencilla normalmente obedecerá a razones más prácticas que estéticas.

En el pasado, la tapeta se confeccionaba con un pedazo de tela adicional, pero en la actualidad se suele realizar doblando el tejido. Sin embargo, en las camisas de calidad y aquellas en las que el diseño deba coincidir a ambos lados, la tapeta deberá cortarse y coserse a la camisa.