¿Como ha cambiado la camisa en los últimos 2 siglos?

Historia de la camisa, historia de una prenda inmortal.

La diferencia fundamental entre las camisas de ayer y de hoy radica en su uso.

Hace varias décadas, la camisa se consideraba una prenda exclusivamente interior.

Aparecer en camisa en público era algo inconcebible, hubiese sido como salir a la calle desnudo o en calzoncillos.

Por esta razón fundamental, antaño se consideraban dos partes diferentes de las camisas: partes a la vista y partes escondidas debajo de otras prendas (usualmente un traje).

Lo que estaba a la vista solía ser pensado para lavados más frecuentes. Por ejemplo el cuello y los puños a menudos eran separables del cuerpo, para poder ser lavados e almidonados de forma más eficaz.

También resulta que lo que se podía ver solía ser más ornado, como la zona visible en la parte superior del pecho, parecido a un “babero” rectangular (ver imagen adjunta).

La camisa de vestir: hoy.

Hoy en día se ven de vez en cuando camisas que replican estas pliegas ornamentales (las alforzas fajín) de la zona delantera.

Suelen se hechas con la misma tela del cuerpo o con “appliqué” (o sea, con capas adicionales de tela cosidas por encima de la camisa).

La diferencia es que hoy en día estos pliegues suelen llevarse hasta el borde inferior de la camisa.

También cabe destacar que se solían emplear telas mucho más finas y más traspirables, ya que la función de aislamiento térmico la cumplían las capas superiores (chalecos, traje, esmoquin, etc.).

Otros elementos de la camisa han evolucionado relativamente poco (como las mangas) o se han quedado casi idénticos (como la geometría de los distintos tipos de cuellos).